Red Bull se cae a pedazos: ¿Cuánto más seguirá el show de Horner?

Column

Horner se aferra al poder en Red Bull Racing tras marcha de Adrian Newey
11 de mayo en 07:00
  • Norberto Mujica

Desde la muerte de Dietrich Mateschitz en 2022 ha habido caos en Red Bull. Tras el fallecimiento del billonario austriaco, se reportó que Christian Horner había asestado un golpe de estado en la cúpula de Red Bull Racing para hacerse con todo el control del equipo de carreras, cosa que no ha hecho sino desestabilizar a la actual escudería dominante de F1 provocando graves consecuencias en la estructura, como la salida de Adrian Newey.

"Cuando el rey muere, los buitres se presentan al festín"

Tras la emocional victoria de 2021 en Abu Dhabi donde Horner, Helmut Marko, Adrian Newey y Max Verstappen celebraron con frenesí el haber destronado a Lewis Hamilton y efectivamente traer a su fin la hegemonía de Mercedes en el Campeonato del Mundo, habría sido imposible adivinar que las cosas se desenvolverían de esta forma. Sin embargo, el fallecimiento de Mateschitz le dió alas a Christian Horner para intentar lo impensable: el jefe de equipo británico vió una oportunidad de quedarse con todo y la tomó. Ahora, bien podría quedarse con todo, pero para cuando lo haga, ¿quedará algo que valga la pena?

Mientras que el paddock y el mundo entero están conscientes de que Newey ha sido esencial para el éxito de Red Bull -sin su diseño de la suspensión trasera y el sacrificio de carga aerodinámica generada por el suelo, bajo las actuales reglas habrían batallado y perdido mucho tiempo y rendimiento lidiando con el porpoising, por ejemplo- Horner sigue haciendo lo que ha hecho desde que su golpe de estado falló: apagando fuegos y minimizando el impacto que tienen las consecuencias de sus acciones para la estructura del equipo y el personal que lo conforma.

Dos discursos distintos en la cúpula de Red Bull Racing

Mientras que el jefe de equipo de la escudería austriaca habla de que Newey llevaba cavilando sobre su decisión de irse desde hace doce meses, el ingeniero británico declaró a Martin Brundle y los micrófonos de Sky Sports que llevaba pensando en un adiós a la escudería desde el invierno pasado, y su renovación con el equipo austriaco de carreras confirmado en mayo del '23 apoya sus declaraciones. 

Horner también declaró que la marcha de Newey no fue un "acto reflejo", sino algo planificado, cuando nuevamente el cerebro detrás del dominio técnico de Red Bull contradijo al controvertido jefe de equipo y aseguró que los eventos que se desarrollaron este año -la acusación de comportamiento inapropiado en contra de Horner y las consecuencias de la lucha de poder dentro del equipo- fueron determinantes en su decisión de apartarse del constructor austriaco.

Además, si fue algo planificado, el romper un contrato hasta 2025, tras sólo haber cumplido una fracción del mismo, es contra intuitivo y arroja una luz irreal sobre el tipo de profesional con integridad que siempre ha demostrado ser Adrian Newey.

Con la partida de Newey, si bien Horner habla bien del rendimiento del saliente ingeniero y artífice de los coches ganadores de Red Bull, también ha concebido una narrativa para dar más crédito a Pierre Waché por la concepción del RB20, algo que Newey parece desmentir en su discurso al asegurar que todo nació del RB18 del cual él fue el responsable, y que los coches que han venido después, incluyendo el que correrán el próximo año, son meras evoluciones de ese proyecto original.

¿Miente Horner? Figuras de Red Bull lo contradicen

Helmut Marko comentó el posible fichaje de Carlos Sainz por la escudería austriaca como algo deseable, pero que el salario que le ofrecía Audi al español, era algo que Red Bull simplemente no podía igualar. Horner inmediatamente salió a descalificar dichas declaraciones como especulativas e impropias. Recientemente se conoció que la cifra que habría ofrecido el constructor alemán a Sainz era de €26 millones. Con el adiós de Newey, volvió a pasar algo similar. 

Horner dijo que había sido algo planeado, mientras que Marko admitió que la situación lo cogió por sorpresa, y lejos de minimizar la partida del ingeniero británico, reconoció al Kleine Zeitung que "era el primero en entender las reglas de forma óptima" y que si bien no estaba involucrado en el día a día "era él quien controlaba el complejo conocimiento de la aerodinámica y el agarre mecánico de todo el coche".

Posiciones diametralmente opuestas, la de Marko es una de un lamento enorme tras perder a alguien quien en otrora estaba enamorado de Red Bull y de su filosofía, y la de Horner, la de alguien que se aferra al poder como si su vida dependiera de ello, a expensas de la estabilidad y tranquilidad de la gente a la cual se supone que debe liderar.

Entre ellos se encuentra el tricampeón del mundo, Max Verstappen, vinculado con un asiento en Mercedes para el año que entra, quien le dijo a Toto Wolff que no se trataba de dinero sino de rendimiento, al mismo tiempo que añadía que el jefe de equipo austriaco no debía perder ni el optimismo ni la esperanza. Esto, incluso cuando Horner ha asegurado que Verstappen seguirá corriendo para Red Bull en 2025.

¿Es tan asertivo el neerlandés con respecto a su estancia en Red Bull durante los años siguientes? No. Siempre responde las preguntas en torno a su futuro con una cautela calculada. '¿Estarás en Red Bull Racing la temporada que viene?', '¿Es Red Bull el equipo correcto para ti?', a estas y a todas las demás preguntas acerca de su futuro Verstappen contesta con un 'de momento, sí', o algo por el estilo.

Red Bull se desmorona y es gracias al liderazgo de Horner

La situación en la que Red Bull está actualmente es tan precaria que Oliver Mintzlaff, CEO de Red Bull GmbH, uno de los integrantes del lado austriaco en la lucha de poder en el seno del equipo austriaco, ha roto el silencio y ha expresado su apoyo público a Horner en un intento por "hacer lo mejor para el equipo". Verstappen aseguró no saber por qué lo hacía ahora, pero también declaró que habían pasado muchas cosas de las cuales el mundo no se había enterado.

Tras el adiós de Newey, ahora el Director Deportivo, Jonathan Wheatley, al parecer ha unido su nombre a la lista del personal saliente de Red Bull. Según reportes, Wheatley quiere ser jefe de equipo y no podrá serlo mientras Horner siga ocupando el cargo. ¿No es extraño? Justo ahora, el encargado de las paradas super rápidas en boxes de Red Bull Racing, aparentemente ha decidido que quiere ser jefe de equipo y se ha planteado dejar Red Bull Racing. ¿Coincidencia? En la F1 no hay ninguna.

Además de esto, BBC Sport ha reportado que Helmut Marko habría prometido a Verstappen ayudarle a salir de Red Bull si él así lo quería. En el momento que el "Holandés Volador" quiera irse, Marko dimitirá, activando la cláusula recisoria en el contrato de Verstappen y sería libre de unirse a Mercedes o al equipo que él quiera.

Horner cuenta con el apoyo de Chalerm Yoovidhya, dueño mayoritario tailandés de Red Bull y miembro del bando opuesto a Mintzlaff, según lo que se sabe de la lucha de poder en el seno de Red Bull. Si bien el tailandés está en la esquina del jefe británico, ¿hay alguien más que sea verdaderamente leal a él dentro del equipo? El apoyo incondicional de Yoovidhya, protege al jefe británico, pero envía un mensaje aterrorizante a los hombres y mujeres de Milton Keynes: Horner puede hacer lo que quiera en Red Bull. 

Según Zak Brown, CEO de McLaren Racing, el íntegro Newey es el primero de muchos en irse, y además aseguró que cada vez más personal de Red Bull ha estado enviando CV's a McLaren. Esto mismo ha sido repetido por Wolff, quién también aseguró que Mercedes está recibiendo CV's de personal de Red Bull. Horner contraatacó declarando que habían firmado a 220 personas de Mercedes para el proyecto del motor RBPT-Ford. Pero, es comprensible que se vayan de Mercedes, ya que el equipo está atravesando un momento complicado. Pero, ¿Buscar activamente la salida del equipo dominante?

Por el estado actual de los asuntos en la escudería austriaca, está dejando de ser una posibilidad y se está convirtiendo cada vez más en una certeza que la racha dominante del equipo llegue a su fin, incluso antes de que finalice el ciclo del reglamento actual, y la deserción de personal clave como Newey, y posiblemente Verstappen, seguramente no ayudará en absoluto. Todo esto es un problema de liderazgo y sólo se arregla arrancando el problema -Christian Horner- de raíz.